El cáncer oral se previene, ¡te decimos cómo!
"Sin factores de riesgos como el tabaco y el alcohol, los casos de cáncer oral serían casi anecdóticos"
El cáncer de boca es el término general utilizado para cualquier crecimiento maligno localizado en la cavidad oral, que comprende los labios, la lengua, el revestimiento de las mejillas, el suelo de la boca, las encías y el paladar. La mayoría de los cánceres orales aparecen en los labios (más frecuentemente en el inferior) y en la lengua, y son del tipo denominado carcinoma de células escamosas, los cuales tienden a diseminarse y esparcirse con gran rapidez. También pueden aparecer en las encías, el suelo de la boca, la glándula parótida y otras glándulas salivales.
Los cánceres de la cavidad oral tardan generalmente muchos años en formarse por lo que no suelen aparecer en personas jóvenes; lo más usual es que se diagnostiquen a partir de los 50 años. El cáncer oral es uno de los 10 tipos de tumores más comunes en todo el mundo. Se diagnostican al año alrededor de 300.000 casos nuevos y la mortalidad anual por esta causa se aproxima a las 150.000 personas. Es, por lo tanto, un tumor frecuente y que se asocia con una alta mortalidad.
Sin embargo, sencillas medidas preventivas pueden evitar su aparición o mitigar sus consecuencias; así, por ejemplo, se sabe que desajustes en dentaduras móviles o piezas dentales afiladas pueden provocar lesiones que, sin el tratamiento adecuado, pueden predisponer al desarrollo de carcinomas. Las claves para combatir el cáncer oral están en la prevención y en el diagnóstico precoz, así como en la supresión de factores de riesgo como el tabaco y el alcohol Para prevenir la aparición de cáncer bucal debemos aumentar los factores de protección y evitar los factores de riesgo.
No existe una manera de prevenir eficazmente todos los cánceres de la cavidad oral, pero se pueden tomar algunas medidas que podrían reducir su riesgo de aparición. El diagnóstico precoz del cáncer hace que el tratamiento sea más sencillo y la curación más probable. El hecho de que el 80% de los tumores orales se atribuyan al consumo de tabaco o alcohol justifica un examen bucal regular especialmente dirigido a esta población de riesgo: fumadores y bebedores habituales.